viernes, 30 de noviembre de 2007

Resurreción

30? Si, si, 30 de noviembre...
O todo se junta, o algo raro pasa...
Creo en las casualidades (¿si?) y definitivamente creo con más fuerzas hoy.
Claro... No hablo de señales... O si... Pero no como antes... Digo, no ASI.
Un día particular: comienzo pseudoturbio, luego alcarando, más tarde una gran debacle, meseta, oasis y finalmente paz...
¿Creo en las casualidades? Ah si...
Y en las analogías... Pero no ASI.
Y el calendario sigue ahi. En fibra verde. Si, hoy es 30 de noviembre.
Y que siga asi... sin que nadie se de cuenta de nada...

miércoles, 7 de noviembre de 2007

Elixir

La pared está bastante picada, y bastante pintada también... Arranca en la esquina, y se dobla en dos, casi como una hoja.
Para un lado, lleva a la nada.
Para el otro, a todo.
Es del lado importante donde está el portón. Oxidado. Pintado también. Dice tantas cosas como el tiempo que viene llevando para llenarse cada vez más.
Amoríos, miles.
Bandas, una (o dos).
Y fútbol, mucho.
Nombres. Apodos. Y alguno que otro (¡alguno que otro!) que se empeñó en pintarla una y otra vez con un inigualable garabato.
Un árbol muy grande. Tanto, que hay que pensar más de una vez si no son dos.
La vereda poseada, y ahi al lado, la guarida.
El pasillo, los perros y la casa de rojos ladrillos. Pintada también, claro.
El portoncito abierto, nunca se sabe bien por qué.
La persiana, siempre muy baja o completamente cerrada.
Y al seguir tres o cuatro pasos más, vuelta a la nada.
Es un gran arbolito ese. Muy escrito, pintado también. Pero no alcanza a tapar al que, escondido, insiste en hundir la cara en el nylon. Ni, claro, a quien puede verlo.
Enseguida cae algo al piso con poco disimulo. Cara de liebre, sonrisa y ahi se ven.
Pero nadie dice lo que es evidente (complicidad mutua de no hablar de ciertas cosas) y el saludo pasa desapercibido, como el aroma que es, también, clarísima.
No dicen mucho. No hace falta. Los ojos desbordan una alegría y dolor agudos.
Sale el perro, como si supiera que había una tercer alma ahi aguardando que alguna otra viniera a rescatarla. Y claro, se van.
No se habla.
Se degusta.
Si, es veneno.


Que no sepan.
Y que nadie se de cuenta de nada.

jueves, 25 de octubre de 2007

Cita.

"Un día, me acuerdo que (...) apareció disfrazado (...) y no lo reconocí, porque estaba con una peluca y un sombrero... Salía disfrazado a la calle. Le encantaba ir [a la disquería] El Agujerito a comprar discos; ésa era su salida predilecta. Cuando viajábamos, lo que más disfrutaba era que nadie lo conociera... Yo lo que le criticaría es eso: que tal vez sea demasiado cerrado. Y mantiene esa privacidad de una manera obsesiva, casi enfermiza. Me parece lógico que la quiera mantener frente apúblico (...), pero con la gente con la que conviviste tantos años... qué se yo, siento eso, como que me cuesta comunicarme con él. Cuando murió mi vieja, sin embargo, é fue una de las pocas personas, fuera de mi ámbito familiar, que me llamó por teléfono; por lo gfeneral, en ese tipo de situaciones límite la gente se borra, y él me tiró la mejor onda (...)."

"La libertad tiene, a veces, un costo que es la soledad".
"Cuando uno es muy ambicioso con respecto a la libertad, el precio es la soledad".
"La libertad tiene el precio de la soledad, es así".

100 veces: no debo.
Mejor asi.

No quiero que nadie se de cuenta de nada.

(Cita: Gloria Guerrero, "Indio Solari. El hombre ilustrado")

sábado, 20 de octubre de 2007

Espejismo

Una de dos: o soy muy intolerante o estoy yendo por otra frecuencia.
Digo, ¿es que es prácticamente imposible el entendimiento absoluto?, ¿o será que no es tan fácil decodificar al otro?... No encontré (aún) respuesta suficiente para semejante cuestión...
Porque, digo, o hay muchos que no (se) piensan (en absoluto) o hay pocos que viven pensando(se)... El problema es: ¿cómo darse cuenta de quién es cual?...
Es muy difícil saberse del lado menos penoso (o más, nunca se sabe), el pensante, sin caer en la más horrenda de las soberbias... Y no hay nada más insoportable, creo, que verse soberbio...
Hablo de mentes vacías, de falta de exploración interna... Y (aclaro, no quiero que se malentienda) no hablo de Freud, ni de Unamuno, ni nada de eso... Hablo de lo más primitivo, si se quiere...
PensarSE. Desde la completa ignoracia.
CuestionarSE. Desde el más inocente asombro.
Y de ahi en más, que vaya surgiendo todo: intento de idea, contradicción, vamos de nuevo... Claro que podría adueñarme de los términos de don Carlos y ponerles sus nombres de tesis, antítesis y síntesis... Pero es eso precisamente a lo que apunto... Aún sin saber de qué Carlos se habla, aún desconociendo el nombre Carlos (?) ¿es muy pretencioso exigir un mínimo de introspección?...
La pregunta es: ¿es demasiado?
Ojalá lo sea...
De cualquier manera es sólo una idea, seguramente más tarde me contradiga, y vuelva a empezar... Mejor asi...

No quiero que nadie se de cuenta de nada.

viernes, 19 de octubre de 2007

De entrada, kanikama

Nunca puedo empezar a escribir bien... digo, "bien", significa que no puedo omitir el dato de explicar que no puedo empezar a escribir bien. Se entiende?
Me acaba de venir como anillo al dedo una pequeña charla (pequeño fragmento, a decir verdad)... Veamos (bueno, vean en realidad, yo ya la vi):

X1 dice:
me estoy haciendo un blog
X2 dice:
de?
X1 dice:
nada
X2 dice:
despues pasalo
X1 dice:
no se
X1 dice:
no le voy a dar identidad creo
X1 dice:
que flote
X1 dice:
y si lo encontrás, date cuenta q soy yo
X2 dice:
psss
X1 dice:
o capaz no, a lo mejor mañana t diga
X1 dice:
no se, nunca se sabe


Y no, nunca se sabe...
No quiero que nadie se de cuenta de nada.